sábado, 3 de mayo de 2008

ACTIVIDADES REALIZADAS POR LOS ESTUDIANTES

PRODUCCIÓN DEL TALLER

Camacaro Julio ,Gonzalez Airam ,Peña Carlos.Peraza Guillermo. Zárraga Rosa

Esbozo del Panorama histórico de la literatura escrita por mujeres.

Hablar de Literatura femenina en América Latina, está irremediablemente ligado a las voces de mujeres como Florencia Pinar (1460), y Sor Juana Inés de la Cruz (S. XVIII). Cuando se asoman a nuestros oídos estas voces, se piensa de inmediato en luchas, batallas y sobre todo en esa poesía, que no solamente se escribe sino que se revienta con fuerza en los rostros de todos. Mujeres como estas fueron quienes tan tempranamente como a mediados del milenio, rompieron el silencio, allanando un camino que 500 años más tarde, no está totalmente transitable.Las mujeres han jugado papeles diversos dentro de la poesía. Sin embargo, no han sido precisamente ellas quienes han dejado inscritas sus voces en los documentos y antologías más antiguas. Las mujeres han sido, en éste como en casi todas las áreas del quehacer humano, discriminadas y confinadas al silencio.La definición de la poesía por tradición ha sido femenina. Esto considerando lo dulce, lo sentimental lo romántico en torno a lo cual versaron los poemas desde su origen. Siendo la poesía un término fundamentalmente femeninoEn los primeros tiempos de la poesía, las mujeres estuvieron reducidas a ser las musas de los poetas. Estos hombres, poseedores del "Don del conocimiento y la creatividad" adornaron y alegraron la vida con su poesía llena de las virtudes y los atributos de las féminas. Cuando a Sor Juana Inés de la Cruz se le confirió el titulo de la "décima musa” denotaba nada más y nada menos que la resistencia a conferirle el título de poeta tratando insistentemente de mantener a la mujer en su posición imperturbable de musa. Como afirmara el colombiano Ramiro Lagos "... el papel objeto de las musas se había contrapuesto entonces al papel sujeto estableciendo la división entre la poesía hecha de carne femenina y aquella elevada al poema por el nervio del hombre generador de arte.Como musas, las mujeres inspiraron el amor, la belleza, la suavidad y demás atributos que las privaron durante cientos de años de desarrollar todo su potencial como humanas. Durante el siglo XVIII Sor Juana Inés de la Cruz encabeza el feminismo, a través de su poesía y por medio de su prosa habiendo escrito el "Primer Manifiesto feminista del Nuevo Mundo'. Esta gran mujer, pese a ser monja con votos de obediencia y humildad, enfrenta los lineamientos de toda una época destacándose como la primera mujer en el mundo hispánico en enfrentar razonadamente por medio del ensayo una defensa de la educación en las mujeres, como un medio indispensable hacia su liberación.La voz femenina de Sor Juana Inés de la Cruz es así, altamente feminista, al enfrentar y cuestionar por medio de su obra el ordenamiento social que ha ubicado a las mujeres en posición de desventaja con respecto al hombre.Es con esta mujer y junto a otras grandes como Sor Francisca José del Castillo (Colombiana), Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cubana) y Adela Zamudio (Boliviana) que arribamos al Siglo XX, siglo que se ha dado en llamar "El siglo del despertar de las mujeres".A pesar de haberse alzado y otras voces como las veces femeninas de la poesía, no es sino hasta en las últimas décadas en que empezamos a ver mujeres tímidamente colocadas en selecciones y antologías literarias. Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni y Gabriela Mistral, esta última, la primera premio Nóbel de literatura para América Latina, son algunos de los nombres que han cobrado, relevancia en este siglo.Si se habla de que hubo dos vanguardias en América Latina, la de Huidobro (1920) y la de Neruda (1940), es necesario acotar que también hubo."... una vanguardia Feminista que si no se comprometió del todo con determinada estética, representó el signo más avanzado de toda la poesía femenina del mundo hispánico. Si vanguardia en definición más elemental significa avanzar con nuevo manifestó dándole la espalda a los tradicionalismos literarios en busca de la libertad del arte o la libertad de acción, consígnese como hecho muy significativo la promulgación del Primer Manifestó insurgente escrito por una mujer de letras contemporáneas de Venezuela'.La insurgencia política del siglo XX en América Latina y particularmente los movimientos revolucionarios que se desarrollaron a través del continente, abrieron las posibilidades para que las mujeres se ubicaran en los escenarios alcanzando ciertos niveles de visibilidad. En Centroamérica, son voces como las de Claribel Alegría, Gioconda Belli, Rosalía Alarcón de Fames o Eunice Odio por mencionar algunas, quienes han representado esta insurgencia de las mujeres que luchan desde su poesía, Claudia Lars, salvadoreña, surge como una de las primeras mujeres en Centroamérica antologada internacionalmente, Esta mujer, que se define como vocera del dolor del mundo entero, con hambre y sed de justicia toma la bandera de las mujeres al decir... Mujer, solo mujer. Ni pajarilla del necesario albergue, ni alimento para deseosos animales. Ni bosques de campánulas donde el cielo se olvida, ni una hechicera con sus pequeños monstruos.'Dentro de este proceso de surgimiento, no todas las mujeres han asumido una posición de rebeldía. Hay quienes desde posiciones más conservadoras se han adherido a la estética pura sin compromisos ni ataduras.La poesía erótica, por su parte, representa una parte de esta insurgencia necesaria que ha permitido a las mujeres ir conquistando espacios tradicionalmente relegados a los hombres. Por medio del erotismo, las mujeres pueden liberarse de alguna loma hacia el descubrimiento de su propio cuerpo y su más íntima sensibilidad.Las mujeres han ido abriendo puertas y silencios para ubicarse paulatinamente en el escenario de la literatura de América Latina. Sin embargo, basta revisar las antologías que compilan alas diferentes corrientes o a los diferentes autores latinoamericanos para notar la omisión de nombres femeninos en la mayor parte de ellas. Esto tiene una justificación histórica que van más allá, en muchos casos, de la voluntad del antologador, pero que sin embargo las consecuencias a nivel ideológico son transcendentales.Las voces femeninas dentro de la literatura de América Latina son tan importantes como las de los hombres, no solo por el silencio al que han estado sometidas, sino también porque las mujeres quieren hablar y brillar con luz propia expandiendo su visión de mundo y gritando sobre sus necesidades específicas.

El Canon Literario

El canon está compuesto por tres dimensiones:
a. Catálogo de obras y/o autores. El canon como catálogo de obras y/o autores determinado por la institución literaria para ser leídos como auténticamente literarios, lo cual los convierte en un objeto privilegiado de lectura y estudio.
b. Modelo o tipo ideal. Las selecciones de obras y/o autores catalogados como canónicos "ilustran" determinadas categorías literarias y/o extra–literarias, y constituyen modelos de imitación/socialización que cumplen una determinada función social.
c. Precepto o decisión. El canon como precepto implica el establecimiento de criterios sobre los cuales se basa la inclusión/exclusión en el canon literario; estos criterios se basan en presupuestos epistemológicos.El canon es definido como las obras y sus lecturas "apropiadas" que han sido consideradas por la crítica literaria como las mejores exponentes de la literatura.En el caso de Hispanoamérica el canon se construyó sobre la base de un lenguaje “estándar” y de un conjunto de criterios estéticos implícitos en los conceptos de poesía y literatura del colonizador.”

Diferencia entre Canon masculino y Agón femenino

Mientras que el canon masculino corresponde a la forma como los hombres escriben sus obras, el estilo y los temas utilizados; de igual forma, el agón femenino es la expresión literaria propia de la mujer y corresponde a la forma de plasmar sus sentimientos e ideas en sus obras.Robinson parte de la premisa de que el canon literario es básicamente masculino y falocéntrico, donde la mujer escritora ha sido sistemáticamente excluida u olvidada, y en cuyo imaginario se puede detectar su ‘pasividad’ y victimización. En contraposición con esta idea surgió el agón femenino con el fin de reconocer la labor de las mujeres en la literatura.Ahora bien, la diferencia que existe entre uno y otro radica principalmente en los temas, en la forma de ver el mundo, en las realidades que el hombre o la mujer plasma en sus escrituras. Por un lado, el hombre advierte realidades objetivas, sociales, luchas de clases y valores externos de la sociedad, mientras que la mujer tiende a ver el mundo introspectivo, los valores propios de cada individuo, esa realidad interna, inherente al ser humano, sin dejar de considerar el contexto socio-histórico, ni tampoco las realidades objetivas. Surge así en el agón femenino una dicotomía al combinar, por ejemplo, un problema social o político propio de una época determinada con una historia de amor en la que se vierten sentimientos desenfrenados, es una interrelación de discursos entre el “yo” y el mundo exterior.No obstante, cabe mencionar que la escritura realista femenina comenzó por imitación en un inetnto de igualar el lenguaje literario que estab vigente, como es el caso de Julia Lopes de Almeida, cuyo estilo era muy similar al masculino, al de Coelho neto.Por otra parte, tal como lo señala Julia Kristeva, la revolución del “lenguaje poético femenino” se produjo tanto por la abolición de la literatura regionalista, como por la incorporación de un lenguaje más estético apoyado en la ambigüedad lingüística del signo entre lo consciente y lo inconsciente. Este lenguaje poético se evidencia en las obras de Sor Juana Inés de la Cruz.Bajo esta perspectiva se dirá entonces que el canon masculino es la escritura “fuerte” en la que se exponen realidades sociales, políticas o económicas, es cuando se plantean realidades objetivas, el mundo externo tal y como lo vemos, mientras el agón femenino aunque está más vinculado con lo subjetivo, también considera el entorno y lo objetivo. Por lo cual se dirá que los textos escritos por mujeres, son sueltos, libres y surgen como resultado de una escritura automática que simplemente fluye, en oposición a la escritura correspondiente al canon masculino, que viene a ser una construcción bien delineada y orientada en espacio y tiempo, con una estructura exacta y bien definida. Así la escritura femenina, en la actualidad, no busca competir con ese drama, con ese estilo propio del canon masculino, si no que busca la proyección del agón femenino mediante la expresión de la realidad externa (problemas políticos, contexto social) y el mundo interno del ser humano

Definición de la literatura escrita por mujeres

Detrás de toda literatura hay una compleja red de condicionamientos que subyacen en la construcción de nuestros universos simbólicos: un esfuerzo por repensar, reconstruir, revalorizar un lenguaje que nos nombre de una forma más libre, tanto a hombres como mujeres.Al momento de preguntarse si la literatura tiene sexo, la investigadora Eva Löfquist enuncia que “existen ciertos puntos de partida que nos ayudan a pensar en una jerarquía en la cual la mujer está por debajo del hombre masculino. Ya que, la niña desde muy chica está obligada a manejar el lenguaje del padre, entendiendo al padre desde una dimensión simbólica, que nombra todo lo existe en la esfera pública: las leyes, el orden, el comportamiento, los roles, las funciones de cada sexo en la sociedad. Así es, como la niña se ve obligada a socializarse en la horda del lenguaje masculino, el lenguaje del padre, porque no existe otra alternativa. Como seres humanos, todos tenemos que asumir ese lenguaje, que a su vez expresa el lenguaje de la diferencia, en donde existe una separación significativamente peyorativa entre lo masculino y lo femenino”. La historia literaria, como género historiográfico, se construye a partir de narrativas, cuyas líneas de fuerza focalizan taxonomías como períodos, corrientes, generaciones literarias y autores consagrados por el canon literario. Este canon es construido sobre la base del sistema binario de oposición y jerarquías para el establecimiento de qué es considerada literatura de valor. Entonces, las obras que entran en la historia de la literatura caen bajo la lente de una política de la diferencia, similar al lenguaje de la diferencia, donde autores masculinos son valorados por su producción literaria, en cuanto ésta expresa una experiencia más universal.Mientras que la literatura femenina es catalogada como una producción que sólo expresa una experiencia individual, propia del mundo femenino. Es así como vuelven a reproducirse los modelos de razón-masculinidad / naturaleza-femeneidad. Además, para su inclusión en la historia, la literatura escrita por mujeres sufre ciertas operaciones retóricas que la confinan a marginalidad.A saber, la operación más común es: las autoras femeninas son tratadas en capítulos aparte y aislados, otorgando a la literatura escrita por hombres la construcción exclusiva de corrientes literarias o transformaciones estilísticas en la labor creadora. Esto refuerza cierta percepción en los lectores: las innovaciones, las transformaciones en el mundo del arte y la creación, son de autoría exclusiva de un puñado de hombres. El gran desafío que hoy asume la literatura escrita por mujeres es la trasgresión, la inversión de los estereotipos naturalizados de hombre - mujer.

Definición de la feminidad

La “feminidad” no es una palabra que las mujeres defiendan hoy en día con coraje. Algunas mujeres suelen razonar que la feminidad es precisamente aquello que las hace sumisas a los hombres. Este modo de razonar implica un pensamiento profundo en cuanto que oculto, y ese pensamiento es la aceptación de que la masculinidad es superior a la feminidad, que la feminidad no es un valor bello y poderoso en sí mismo, en su propio ser. Las viejas feministas solían enfrentarse a la policía con palabras tan absurdas como estas: “usted y yo vamos a hablar de hombre a hombre”.La nueva feminidad resalta ante todo que las mujeres tienen una serie de cualidades de las que los hombres carecen, o al menos las enfatiza más, como sucede por otra parte con las cualidades específicamente masculinas en el caso de ellos.. Una mujer que se quiere semejante a un hombre pudiera ser que nunca sea un hombre, y pudiera también llegar a ser una semi-mujer.La feminidad es la distinción cultural históricamente determinada, que caracteriza a la mujer a partir de su condición genérica y la define de manera contrastada, excluyente y antagónica frente a la masculinidad del hombre. Las características de la feminidad son patriarcalmente asignadas como atributos naturales, eternos y ahistóricos, inherentes al género ya cada mujer. Contrasta la afirmación de lo natural con que cada minuto de sus vidas, las mujeres deben realizar actividades, tener comportamientos, actitudes, sentimientos, creencias, formas de pensamiento, mentalidades, lenguajes y relaciones específicas en cuyo cumplimiento deben demostrar que en verdad son mujeres.Las mujeres dejen de vivir hitos de su feminidad y encuentren formas nuevas de vida. Sin embargo, como todas ellas son evaluadas con estereotipos rígidos -independientemente de sus modos de vida- y son definidas como equívocas, malas mujeres, enfermas, incapaces, raras, fallidas, locas.Las mujeres quieren cambiar el mundo y hoy dirigen la mirada hacia ellas mismas. Desde esta perspectiva, sus experiencias son analizadas para evaluar su impacto sobre la desarticulación de la opresión femenina, y para dilucidar la correlación existente entre tendencias a la conservación de la feminidad dominante, formas nuevas de feminidad opresivas, y formas antipatriarcales y libertarias de ser mujer. La filosofía feminista caracteriza la situación actual como un cambio radical de la sociedad y la cultura, marcado por el tránsito de las mujeres de seres-para-otros, en protagonistas de sus vidas y de la historia misma, en sujetos históricos.En un principio la rebelión feminista construyó, entre otros, el mito de cambiar el mundo, para erradicar la opresión de las mujeres; porque en él se encontraba lo patriarcal y lo opresivo, y se concebía que el mundo era algo distinto y separado de las mujeres. La opresión patriarcal era impuesta y separable de la condición de la mujer que aparecía como una nueva naturaleza femenina sólo que positiva, histórica y no natural.

¿Hacia dónde apunta la utopía feminista latinoamericana?

El feminismo en Latinoamérica ha ido tomando terreno con el pasar de los años; hoy por hoy, sentimos ese trascendente estilo de expresare que tiene la mujer, la cual impregna sus escritos de sentimientos y hoy está rompiendo paradigmas por los cuales debieron regirse durante largo tiempo a la hora de escribir. Los movimientos feministas han sido posiblemente el fenómeno subversivo más significativo del siglo XX, por su profundo cuestionamiento a los pensamientos únicos y hegemónicos sobre las relaciones humanas y los contextos sociopolíticos, económicos, culturales y sexuales en las que se desarrollaban. Los feminismos latinoamericanos han sido parte activa y fundamental de este proceso en la región., se desarrollaron, significativamente y con diferentes ritmos, desde fines de la década de los 70 generalizándose, durante los 80, en todos los países de la región.Su surgimiento se dio paralelo la expansión de un amplio y heterogéneo movimiento popular de mujeres, expresando las diferentes formas en que las mujeres comenzaban a entender, conectar y actuar sobre su situación de subordinación y exclusión. Dentro de esa heterogeneidad, en los inicios del despliegue movimientista podemos distinguir algunas vertientes básicas que expresaban la forma específica y diferente en que las mujeres construyeron identidades, intereses y propuestas. La vertiente feminista propiamente dicha, que inició un acelerado proceso de cuestionamiento de su ubicación en los arreglos sexuales y sociales, extendiéndola a una lucha por cambiar las condiciones de exclusión y subordinación de las mujeres en lo público y en lo privado.La vertiente de mujeres urbano populares, que iniciaron su actuación en el espacio público, a través de la politización de sus roles tradicionales, confrontándolos y ampliando sus contenidos hacia el cuestionamiento en lo privado. Y la vertiente de mujeres adscritas a los espacios más formales y tradicionales de participación política, como los partidos, sindicatos, las que a su vez comenzaron un amplio proceso de cuestionamiento y organización autónoma al interior de estos espacios de legitimidad masculina por excelencia. Estas vertientes se multiplicarán en muchos otros espacios en la década de los 90.Desde los inicios, los feminismos avanzaron en propuestas que ligaban la lucha de las mujeres con la lucha por la “recalificación” y/o la recuperación democrática. Más específicamente, en las luchas contra las dictaduras, los feminismos comenzaron a ligar la falta de democracia en lo público con su condición en lo privado. No es gratuito que el slogan de las feministas chilenas en su lucha contra la dictadura: “democracia en el país y en la casa” fuera entusiastamente asumido por todo el feminismo latinoamericano, porque articulaba las diferentes dimensiones de transformación que se buscaban y expresaba el carácter político de lo personal, aporte fundamental de las luchas feministas de la segunda oleada.En los últimos años, el feminismo se ha tornado muy serio en cuanto a propuestas, las mujeres se han estado expresando de una manera en la que, años atrás, no hubiésemos imaginado, puesto que existían numerosas trabas que hacían de la mujer, una figura descalificada y no tomada en cuenta para los aspectos importantes, tanto políticos, como sociales.Igualmente en la literatura feminista en otras lenguas, las escritoras latinoamericanas han legitimado los espacios marginados, sobre todo el ámbito domestico, revalorándolo como símbolo del ser, del poder y del escribir femeninos. Rosario Castellanos, ya en 1969, definía su identidad en términos reminiscentes de las moradas de Santa Teresa: "Yo soy un ancho patio, una gran casa abierta; yo soy una memoria" (Materia memorable, 28-30). Adelaida Martínez plantea a su vez que “La mujer ha empezado a superar el estallido inicial de la protesta feminista que, como el de toda revolución, fue necesariamente estridente; pero ahora que ya hemos cambiado el mundo -aunque sea mínimamente-, que ya hemos obligado a los ojos y los oídos de la sociedad contemporánea a fijarse en lo que dicen y hacen las mujeres, el terreno es fértil para formular programas y presentar demandas serenamente. Queda mucho camino por recorrer pero las nuevas generaciones no podrán deshacer lo andado por la nuestra”. Ese es el contexto en el que escriben las escritoras latinoamericanas, inventándose a si mismas e inventando también a los hombres para descubrir dominios antes no explorados del ser y la existencia, construyendo nuevos signos para expresar su original percepción del universo, liberando al discurso de viejos tabúes patriarcales, inscribiendo su ideología de emancipación para cambiar voluntariamente la historia. Y todo ello en una escritura fabricada desde los ritmos más íntimos de sus cuerpos de mujer.En Latinoamérica, los sueños utópicos de las mujeres hoy les están dando sus frutos, están siendo aceptadas sus peticiones y resquebrajan los parámetros establecidos por el canon, pero la resistencia de los movimientos feministas ha sido constante y ha despertado el interés de los lectores en el mundo entero, de igual forma, los latinoamericanos han sido partícipes de la elevación dentro de la sociedad culta que han tenido las mujeres, lo cual indica que esta lucha feminista, que se ha mantenido durante décadas, promoverá por largo tiempo sus ideas, con las que podrá convencer al mundo de sus capacidades y su nivel político, cultural y social. Los sueños, las utopías feministas latinoamericanas se dirigen velozmente a la integración de la mujer dentro de todos los ámbitos dominados comúnmente por los hombres.
Referencias
-Lobo, L. El nuevo milenio y la reconstrucción del canon en la literaturaLatinoamericanademujeres.[Documentoenlínea] Disponible:http://www,henciclopedia.org.uy/autores/Luizalobo/Literaturafemenina.htm.[consulta:2008,mayo]-G.,FRANCESCA. Historia de la Ideas Feministas, Fundaciòn editorial “El peero y la rana. 2006.Caracas-Venezuaela-[Documentoenlínea]Disponible:http://www.redparaellas.com/ocio-y-cultura/paracomprender-la-literatura-escrita-por-mujeres.-[Documentoenlínea]Disponible:http://www.sololiteratura.com/fer/ferfeminismoylit-Vargas, Virginia. Los feminismos latinoamericanos en su tránsito al nuevo milenio (Una lectura político personal)[Documentoenlíne Disponible:http://http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/cultura/vargas.doc

9 comentarios:

Unknown dijo...

Esbozo en el panorama histórico de la literatura escrita por mujeres

La literatura escrita por mujeres se gesto por medio de la idea del feminismo discursivo en el siglo XVII con Juana de Asbaje quien bajo el argumento de la inclusión a la mujer en la educación y el desarrollo intelectual de la misma, abrió una brecha para que se siguiera germinando esta idea; más adelante en el siglo XVIII Teresa Margarita Da Silva, fue la primera escritora nacida en Brasil. En la que planteo la autonomía de los indios y el derecho de las mujeres al mundote la ciencia.
Otra que incursionó de manera muy relevante fue Sor Juana Ines de la Cruz, mexicana en el siglo XVIII, tuvo que ingresar al convento para escribir y poder estudiar, pues para la época no era fácil para las mujer pudiera estudiar ya que era el único acceso para hacerlo. Esta importante y talentosa poetiza por el hecho de ser mujer se representaron muchos inconvenientes y enfrentamientos de la misma sociedad patriarcal. En el primer libro escrito por Sor Juana Ines de la Cruz, ella evidencia la derrota del feminismo.
En tal sentido, ya en el siglo XIX germina la idea de crear un movimiento feminista pero es obstaculizado por la sociedad machista por tanto no da frutos.
Más adelante, la poeta Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga que es conocida con el seudónimo de Gabriela Mistral, nacida en Chile; la cual liderizó un grupo de poetas entre ellas se destacaron: Alfonsina Stormi argentina, entre otras.
A su vez en Venezuela se inicia el movimiento feminista y la primera representante fue Teresa de la Parra (1.889 – 1.936 ) quien presento su primera obra en (1924) con el título el ” Diario de una señorita” el cual fue llevado a Francia con el nombre de Ifigenia y se consagra con gran éxito. En (1.928) regresa a Europa donde escribe “Memorias de Mamá Blanca”Fue la primera gran escritora dentro del proceso de letras Venezolana, además ganó premio novel en literatura.
En la actualidad las mujeres han incursiónalo de manera vertiginosa en el mundo de la literatura, muestra de ello son escritoras de la talla de Isabel Allende, Laura Esquivel, Blanca Varela, Elena Poniatowska, Laura Antillano entre otras.
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Diferencia del canon masculino y agón femenino

El canon masculino y femenino; se ha planteado en la diferencia de lo femenino de la literatura, por una parte, en el lenguaje diferenciado y la manera en que a través de él, la mujer se apropia o no del mundo; por otra, también‚ se ha expuesto una postura más tradicional que engloba aspectos de contenido y estilo. Ambas posturas se apoyan, como se expuso, como resultado del lugar subordinado que ocupa la mujer en la estructura social, y que ha determinado la conformación del sujeto-mujer-escritora y que, de alguna manera, esa condición se hará presente en su producción literaria.
El canon masculino esta enmarcado en el endocéntrismo; el cual se entiende así por el discurso enunciado por los hombres que transcurrió a través de la historia la mujer solo fue excluida, el patriarcado solo visto desde la masculinidad y el papel de la mujer siempre sumisa, marginada entre otros aspectos denigrantes. La mujer se evidenciaba asimilada ala naturaleza, madre, reproductora. Y el hombre se ha visto como que organiza, controla, y unifica. Las diferencias básicamente señalan, lo masculino en el ámbito de lo público y lo femenino en el ámbito privado relegándose a la mujer al hogar. En este sentido el género sería una diferencia sexual. Por lo tanto, lo que cuestiona es la relación causal que se daría entre sexo-género, lo cual llevaría a un determinismo biológico. Por el contrario, las feministas postulan que el género correspondería a la construcción social, cultural y psicológica.
Ahora bien, en cualquier caso, es evidente que el convencimiento en el cual existen profundas diferencias entre hombres y mujeres en la manera de pensar y de sentir ha sido determinante para el desarrollo de gran parte de la critica feminista. Es por esto, que estos estudios van encaminados hacía el buen sentido de la humanidad.






Definición de la literatura escrita por mujeres

Para aproximarse a una definición, es necesario mostrar las ideas filosóficas feministas tal como lo evidencia Francesca Gallardo donde la igualdad es un movimiento subversivo al escrito por algunos escritores.
La literatura escrita por mujeres es aquella que muestra estrategias estilísticas y temáticas propias de mujer, en la cual luchan contra la lógica falocéntrica dominante, se refieren a la critica del orden patriarcal, al mundo masculino descubierto por las mujeres, la desigualdad a la que ha sido sumergida.
Según Moi (1999:10) el objetivo principal de la literatura escrita por mujeres es tratar de exponer las prácticas machistas para erradicarlas. Se trata de defender a las mujeres contrarrestando la opresión machista que las somete.
Escritoras como Rosario Castellanos, Albalucía Ángel, Isabel Allende y Ángeles Mastretta son algunos ejemplos de la escritura feminista

El término feminidad

En 1970 las mujeres descubren su mismidad, es decir su identidad consigo misma, las mujeres respondieron encontrando en si mismas su humanidad. Las feministas desvincularan su pensamiento y sus prácticas de la relación con los hombres, afirmaron entonces que solo las mujeres tienen derecho a definirse rechazando toda determinación proveniente de la concepción endocéntrica de la superioridad del hombre sobre las mujeres y su naturaleza. Rosario Castellanos a través de uno de sus personajes en el eterno femenino lo señalo haciendo referencia al termino de feminidad.”No basta siquiera descubrir lo que somos, hay que inventarnos el feminismo radical se expresó en grupos de autoconciencia, se puede decir que el patriarcado fue al feminismo latinoamericano lo que el imperialismo a las luchas de la liberación nacional. El feminismote un quiebre patriarcal el feminismo es la historia misma de la relación entre mujeres cuando reconocen su alteridad con respecto a la cultura del hombre; es la relación entre mujeres y la política que brota de ellas. En la actualidad, el feminismo se ha formalizado aún más en lo que respecta a nuevas planteamientos, las mujeres se han estado expresando de una manera en la que años atrás, no hubiese ni soñado, ya que existían numerosos obstáculos que hacían de la mujer, una figura excluida, ignorada, por tanto no se tomaba en cuenta para los aspectos políticos y sociales.
Finalmente, se puede decir que lo femenino es expresión del modernismo, y de todo lo que implique la evolución, dignidad, e igualdad.

Hacia adonde apunta la utopía feminista latinoamericana

En la búsqueda de nuevas ideologías que giran entorno al tema de la feminidad se han dado la tarea un grupo de representantes, de realzar, enaltecer y reivindicar legalmente en el marco legal, jurídico todos los derechos que poseen las féminas, en cuanto a equidad, respeto, valoración en los deferentes roles que cumplimos ante la sociedad que por años ha sido totalmente patriarcal; estas nuevas consignas que mantienen estas dignas representantes, es lograr un sitial de honor al igual que el genero masculino o tal vez mayor.
Para Kirkwood los ideas fundamentales que persigue esta supuesta utopía que no es así ya que proyecto va en miras de ser realizable; el cual busca satisfacer las necesidades de nuevas generaciones presentes que conozcan hoy día todo lo que realmente ocurrió a través de la historia rea, para así llegar a reafirmar su verdadera identidad. Para no aceptar ningún nuevo plan en el cual la mujer y su condición queden al margen y sumergida en el imperio global.
Ahora bien, también es cierto de ser esto una utopía tal vez será en países occidentales, orientales y en pueblos indígenas e incluso en algunos países Latinoamericanos, en los cuales la mujer no puede emitir ningún derecho a la libertad, al desarrollo intelectual, ni en su protección física, sicológica, sexual entre otras.
Participantes Yolimar Peraza,Alejandrina Varela, Petra Smith


REFERENCIAS

Gallardo, F. (2006). Ideas feministas Latinoamericanas. Caracas Edición El perro y la Rana.

Sulla, E (1998). El Canon literario. Madrid Edición Arco

Vermego, S. (2006) Literatura Americana Femenina. Buenos Aires- Argentina Editorial sep ex Mazzola.

Viñas Piquer, D.(2002) Historia de la Critica Literaria.

Amanda Sánchez dijo...

Análisis Semiótico a la respuesta de Sor Juana Inés de La Cruz a la carta de Sor Filotea

Amanda Sánchez
Diosana González
Petrahesmitt Vargas

El enfoque semiótico nos permite concebir a la obra como un instrumento de comunicación porque es portadora de información que hay que saber interpretar; para esto es necesario conocer tanto un código lingüístico como un “subcódigo” cultural que nos permite ubicar a la obra bajo una significación referida por un signo. En tal sentido, se tiene que la respuesta de Sor Juana Inés de la Cruz a la carta de Sor Filotea de la Cruz se encuentra envuelta en un conjunto de subcódigos que vienen dados por aspectos socioculturales de su entorno, tomando en cuenta la relación de superioridad de una con respecto a la otra lo cual es demostrado abiertamente en el insistente refrescamiento de Sor Juana sobre su condición de indigna, inferior o equivocada. Sin embargo, puesto que con esta carta se abre una ventana para ventilar las aspiraciones intelectuales de Sor Juana, aun con su negativa a merecerlo, es cuando ella manifiesta su necesidad de corresponder a la iniciativa de Sor Filotea y lo expresa de la siguiente manera: “no se hallaba digno Moisés, por balbuciente, para hablar con el faraón y después al verse tan favorecido de Dios, le infunde tales alientos, que no solo habla con el mismo Dios, si no que se atreve a pedirle imposibles…pues así yo, señora mía, ya no me parecen imposibles los que puse al principio, a vista de lo que me favorecéis…” esto refleja que Sor Juana asume que puede ver en Sor Filotea la confianza para abrirse en una extensa confesión. Entonces cuando expresa “no se hallaba digno Moisés,… para hablar con el faraón…” se refleja a si misma con tal nimiedad que hace imaginar en ella un estado de autocompasión y humillación.
De igual manera, pone de manifiesto mediante el código lingüístico una valoración mas profunda que viene a ser el significado o revelación de la verdad interior del texto. En este particular, Pierce plantea que lo que una palabra o expresión significa depende de los efectos que produce y que cada acción explica y justifica el sentido de los signos. Por todo esto se puede decir, que en el texto de Sor Juana no hay solo una relación de signos y verdades profundas si no que además hay muchos. Tenemos en particular el hecho de que Sor Juana perciba a Sor Filotea como una persona de gran superioridad, para hacer peticiones, vislumbrar sueños cumplidos o deseos infinitos de dejar brotar su intelecto y su pasión por las letras. Esto se refleja cuando en un numero importante de veces en el texto se lee una evocación como esta: “Veo a una Débora dando leyes…”, “veo a una sapientísima reina de Sabá, tan docta…”, “veo tantas y tan insignes mujeres…”, “veo adorar por diosa de las ciencias a una mujer como Minerva…”, “veo una Paola argentina…”. Este signo en su obra como otros nos permite representar la relación triádica que plantea Pierce de la siguiente manera: la relación entre signo y objeto representado como una visión, en este caso “veo” es una manera de percibir y el objeto representado es un sueño o una ilusión, el cómo se vislumbra o se añora, y su relación de signo como interpretante o como efecto que produce se puede otorgar un carácter de petición.
En consecuencia, la demostración de que tal término es un signo en la obra de Sor Juana es que para la semiótica el punto de partida es la intención de comunicar presente en todo signo. Por lo tanto, cuando Sor Juana plantea como una visión las virtudes y libertades de otras mujeres para escribir y ser respetadas por su aporte intelectual, realmente lo que quiere es comunicar su petición propia.

Otra expresión presente en el texto es la que Sor Juana manifiesta de haber querido huir al tener que responder la carta a Sor Filotea “ perdonad señora mía la digresión que me arrebato la fuerza de la verdad; y si la he de confesar todo también es buscar efugios para huir la dificultad de responder…” considerando lo expuesto por Pierce se entiende según él que lo que una palabra o expresión significa depende de los efectos que esta produce, y Sor Juana pretendía eso, producir un efecto en Sor Filotea; el hacerle creer que su carta la dejo sin palabras como responderle, como escribirle, siendo en realidad lo contrario puesto que su carta de respuesta sobrepasa en líneas a la misiva que le dirigió a ella Sor Filotea.

El signo según Pierce es el objeto y otro signo presente en la respuesta que Sor Juana escribió a Sor Filotea es el constituido por la dicotomía leer y escribir, palabras que están presentes en repetidas oportunidades en el texto y que representan libertad considerando que el poder leer y escribir solo era permitido a los hombres y a muy pocas mujeres, situación que a muy corta edad por curiosidad y travesura inicialmente motivo a Sor Juana a buscar la manera de aprender tales habilidades de manera clandestina y engañando a la maestra que le daba clases a su hermana. “a los tres años de edad… engañando a mi parecer a la maestra le dije que mi madre ordenaba que me diera lección, me encendí yo de manera en el deseo de saber leer” su deseo de leer y escribir son signos de libertad, de querer ser libre y en el texto refleja claramente como ella prefería esto antes de casarse. “entre a religiosa… para total negación que tenia al matrimonio era lo mas desproporcionado y lo mas decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación “en este fragmento se deja ver claramente como ella prefería estar de monja solo por poder tener acceso a los estudios y así ser salva de esas represiones, mas adelante escribe que no quería tener ninguna obligación que le embarazase la libertad del estudio. Para Sor Juana el poder leer y escribir era signo de libertad demostrado bajo el análisis semiótico de su obra y tomado como uno de los signos presentes más significativos en su respuesta.

Leer y escribir vuelve a ser parte de la respuesta a Sor Filotea dando muestras de ser un marcado signo según Pierce , otro ejemplo es cuando escribe diciendo “ les fuerza la necesidad y falta de ancianas sabias a llevar maestros hombres a enseñar a leer y escribir “ esto lo hacían los padres que deseaban que sus hijas aprendieran estas habilidades que a fin de cuentas solo eran propias prácticamente para hombres y que sin darse cuenta ellos quería y aceptaban que sus hijas aprendieran al igual que ellos.

Sairelys 86 dijo...

Panorama histórico de la Literatura Escrita por Mujeres Latinoamericanas:
Las mujeres han jugado papeles diversos dentro de la literatura. Sin embargo, no han sido precisamente ellas quienes han dejado inscritas sus voces en los documentos y antologías más antiguas. Las mujeres han sido discriminadas y confinadas al silencio.
En los primeros tiempos de la poesía, las mujeres estuvieron reducidas a ser las musas de los poetas. Estos hombres, poseedores del "Don del conocimiento y la creatividad" adornaron y alegraron la vida con su poesía llena de las virtudes y los atributos de las féminas. Cuando a Sor Juana Inés de la Cruz se le confirió el titulo de la "décima musa”. Denotaba nada más y nada menos que la resistencia a conferirle el título de poeta tratando insistentemente de mantener a la mujer en su posición imperturbable de musa. Como afirmara el colombiano Ramiro Lagos "... el papel objeto de las musas se había contrapuesto entonces al papel sujeto estableciendo la división entre la poesía hecha de carne femenina y aquella elevada al poema por el nervio del hombre generador de arte.
Como musas, las mujeres inspiraron el amor, la belleza, la suavidad y demás atributos que las privaron durante cientos de años de desarrollar todo su potencial como humanas.
Durante el siglo XVIII Sor Juana Inés de la Cruz encabeza el feminismo, a través de su poesía y por medio de su prosa habiendo escrito el "Primer Manifiesto feminista del Nuevo Mundo'. Esta gran mujer, pese a ser monja con votos de obediencia y humildad, enfrenta los lineamientos de toda una época destacándose como la primera mujer en el mundo hispánico en enfrentar razonadamente por medio del ensayo una defensa de la educación en las mujeres, como un medio indispensable hacia su liberación. La voz femenina de Sor Juana Inés de la Cruz es así, altamente feminista, al enfrentar y cuestionar por medio de su obra el ordenamiento social que ha ubicado a las mujeres en posición de desventaja con respecto al hombre.
Es con esta mujer y junto a otras grandes como Sor Francisca José del Castillo (Colombiana), Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cubana) y Adela Zamudio (Boliviana) que arribamos al Siglo XX, siglo que se ha dado en llamar "El siglo del despertar de las mujeres".
A pesar de haberse alzado y otras voces como las veces femeninas de la poesía, no es sino hasta en las últimas décadas en que empezamos a ver mujeres tímidamente colocadas en selecciones y antologías literarias. Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni y Gabriela Mistral, esta última, la primera premio Nóbel de literatura para América Latina, son algunos de los nombres que han cobrado, relevancia en este siglo.
Si se habla de que hubo dos vanguardias en América Latina, la de Huidobro (1920) y la de Neruda (1940), es necesario acotar que también hubo."... una vanguardia Feminista que si no se comprometió del todo con determinada estética, representó el signo más avanzado de toda la poesía femenina del mundo hispánico. Si vanguardia en definición más elemental significa avanzar con nuevo manifestó dándole la espalda a los tradicionalismos literarios en busca de la libertad del arte o la libertad de acción, consígnese como hecho muy significativo la promulgación del Primer Manifestó insurgente escrito por una mujer de letras contemporáneas de Venezuela'.
La insurgencia política del siglo XX en América Latina y particularmente los movimientos revolucionarios que se desarrollaron a través del continente, abrieron las posibilidades para que las mujeres se ubicaran en los escenarios alcanzando ciertos niveles de visibilidad. Dentro de este proceso de surgimiento, no todas las mujeres han asumido una posición de rebeldía. Hay quienes desde posiciones más conservadoras se han adherido a la estética pura sin compromisos ni ataduras.
Mucho se ha hablado de la representación del antilirismo en este tipo particular de poesía, que por supuesto, no es patrimonio de las mujeres. Se trata sin embargo, de asumir un papel de criticismo frente a la belleza de las cosas, la belleza que se encuentra en la crudeza y realidad de la vida. Implica asumir una posición que responde a las necesidades de hombres y mujeres tendientes a propiciar cambios estructurales en los procesos históricos.
La poesía erótica, por su parte, representa una parte de esta insurgencia necesaria que ha permitido a las mujeres ir conquistando espacios tradicionalmente relegados a los hombres. Por medio del erotismo, las mujeres pueden liberarse de alguna loma hacia el descubrimiento de su propio cuerpo y su más íntima sensibilidad.
Las mujeres han ido abriendo puertas y silencios para ubicarse paulatinamente en el escenario de la literatura de América Latina. Sin embargo, basta revisar las antologías que compilan alas diferentes corrientes o a los diferentes autores latinoamericanos para notar la omisión de nombres femeninos en la mayor parte de ellas. Esto tiene una justificación histórica que van más allá, en muchos casos, de la voluntad del antologador, pero que sin embargo las consecuencias a nivel ideológico son transcendentales.
Las voces femeninas dentro de la literatura de América Latina son tan importantes como las de los hombres. No solo por el silencio al que han estado sometidas, sino también porque las mujeres quieren hablar y brillar con luz propia expandiendo su visión de mundo y gritando sobre sus necesidades específicas
Las mujeres latinoamericanas ya tienen el camino abonado, muchas están haciendo trabajo arduo y otras, las más jóvenes, vienen con una fuerza y bríos extraordinarios. Vale la pena terminar diciendo que lo más hermoso de América Latina es la herencia étnica-cultural del mestizaje, en favor del cual han contribuido de manera decisiva las comunidades negras e indígenas. En la lucha conjunta por hacer escuchar nuestras voces, se hace necesario que las mismas mujeres, empecemos por abrir espacios para que más y más pueblos, pues estas continúan siendo, las grandes ausentes en la bibliografía hispanoamericana.

Esboza de la literatura escrita por mujeres latinoamericanas:

Hasta el siglo XX todo gira en torno a la fuerza y la propiedad en el poder de las armas y una mujer no puede ejercer el derecho feudal porque no puede defender su territorio. Con el tiempo comienza a desarrollarse la vida mundana, se difunde la cultura, por lo que las mujeres de clases privilegiadas se dedican al a conversación, a las artes y las letras. Comienzan a inmiscuirse en el universo masculino de la literatura como también de la política. En el renacimiento de las doctrinas platónicas resaltan e amor y la mujer, con esto deja de ser objeto de intercambio, ahora se transforma en Musa, en un objeto para la fantasía masculina. Ella se a convertido en inspiración, en fauna, santuario, en algo digno de ser amado y venerado, pero no deja de ser una cosa a merced de un sujeto que le canta y le hunde por ser la maldición de la carne. Se le continúa exigiendo, ahora debe ser algo bello, saludable, joven, debe ser la pureza y el florecimiento de la vida, por lo que deberá ocultar su fealdad y envejecimiento, para continuar siendo un trofeo. Con el transcurrir del tiempo se propiciaron eventos que propiciaron la aparición de una literatura femenina.

Definición de Literatura Escrita por Mujeres Latinoamericanas:

Lo que define a la literatura femenina latinoamericana es indudablemente su diversa y multidimensional especificidad cultural, repartida en diecinueve países que difieren profundamente en su constitución racial, en su desarrollo histórico y en sus estructuras sociopolíticas. La experiencia femenina en los países andinos, con su altísimo índice de población indígena y de pobreza, difiere de la experiencia femenina en el cono sur, victimizado por la tiranía dictatorial y la censura; las dos, a su vez, son distintas de la experiencia caribeña de Cuba o Puerto Rico, países mediatizados de manera decisiva y tan diferente por el poder de los Estados Unidos. la contribución del feminismo latinoamericano radica precisamente en su énfasis en la heterogeneidad, "nunca ajena a los procesos históricos. Es también la heterogeneidad latinoamericana la que ha permitido explorar, desde una nueva perspectiva feminista, un imaginario del mestizaje en el cual la mujer se representa con una autonomía y poder que la distingue de las imágenes construidas en la cultura europea".
Teniendo en cuenta la diversidad subyacente en las experiencias que nutren la literatura femenina latinoamericana, he aquí los rasgos temáticos, estructurales, discursivos y críticos que la unifican
1) El feminismo latinoamericano se ha aliado con el independentismo, lo cual ha tenido dos consecuencias fundamentales en la literatura:
a) El colonialismo fundacional (español) y el neocolonialismo cultural y económico (europeo y norteamericano), se incorporan a la temática desde la perspectiva del vencido, es decir, como metáfora de la subyugación. No sólo la ficción, sino también la poesía, se estructuran como viajes en el espacio y en el tiempo, los cuales sirven para contrastar la metrópolis con el territorio ocupado. La revaloración de lo autóctono se da creando héroes y espacios míticos con nombres prehispánicos y características de mujer.
b) Se rechazan, de manera más bien tajante, las teorías criticas feministas centroeuropeas o anglosajonas por considerárselas inoperantes en el estudio de una literatura "criolla" y "mestiza". Hay un esfuerzo consciente por formular una teoría crítica idónea a la realidad que nutre esa literatura.
Feminidad
Feminidad es un concepto que alude a los valores, características, comportamientos y naturaleza intrínsecos de la mujer, como género. Tiene su contrapartida en el concepto de masculinidad. El concepto de feminidad también se ha desarrollado como "ideal de feminidad" en el sentido de un patrón o modelo deseable de mujer. Lo femenino es lo desconocido y de muchas maneras es esto como ustedes se sienten acerca de si mismas como mujeres en la tierra. Una mujer estará verdaderamente en su poder en los reinos femeninos pero nunca podría estar en su poder en los reinos masculinos. La masculinidad, incluso para la mayoría de los hombres, es un área difícil en el cual operar. Muchas mujeres aprenden a operar en los reinos masculinos; sin embargo, cuando operan en estos reinos la mujer se siente superficial y vacía. Una mujer que opera en estos reinos masculinos estará operando debido a la inseguridad y falta de comprensión de su propia feminidad. Una mujer operando dentro de su poder femenino será mucho más fuerte y muchos más capaces que una mujer operando en el papel masculino.

Hacia donde apunta la utopía feminista:

Desde el punto de vista utópico las mujeres luchan desde su ámbito para lograr igualdad en áreas en las cuales sus derechos les han sido negados por los hombres. En varias novelas feministas latinoamericanas del siglo XX que contienen elementos utópicos, vemos cómo la mujer va ganando espacios de poder y de qué manera se inscribe en la historia como nuevo sujeto. Según Jean Pfaelzer, las utopías masculinas tradicionales presentan a un héroe hombre, solitario, individualista, aislado y conquistador. Las utopías femeninas, en cambio, muestran a una heroína mujer, fragmentada, múltiple, imperfecta y ordinaria. Es decir, ya no estamos frente el héroe aislado que salva a la comunidad toda, sino que nos encontramos con sujetos colectivos que se inscriben en épocas de crisis como una parte de la creación de un nuevo proyecto de coexistencia humana.
Otro aspecto interesante de las utopías femeninas es que cambian el vocablo "matrimonio" por el de "amor", sosteniendo que el primero es íntimamente ligado al tema del matrimonio, aunque no se circunscriba exclusivamente dentro de éste, se encuentra el de la sexualidad. Estas utopías femeninas reconstruyen el significado cultural de la heterosexualidad y presentan patrones flexibles, que incluyen la andrógina, la bisexualidad y la homosexualidad. En síntesis, pasaré a analizar en La nave de los locos las relaciones de poder, circunscriptas en un marco sexual y de género. Me enfocaré en las concepciones culturales que tenemos sobre la sexualidad, prestando mayor atención a los patrones tradicionales de heterosexualidad.




Integrantes:
Rodríguez Marianny.
Rodríguez Delimar.
Mendoza Sairelys.
Arrollo Doris.

Sairelys 86 dijo...

LA TEORIA PSICOANALITICA APLICADA A LA PELICULA “YO, LA PEOR DE TODAS”.


En la teoría psicoanalítica de Carl Gustav Jun, se encuentran los arquetipos ánimas y ánimus, en don de el anima significa en Latín “alma”, y se utiliza para describir el aspecto femenino presente en lo in consciente colectivo de los hombres. Por su parte, el animus significa en latín “Espíritu”, y representa la imagen de hombre o figura masculina en los sueños o fantasías de una mujer.
En la película “yo la peor de todas”, de Octavio Paz, representada por la poeta Sor Juana Inés de la Cruz, se pudo evidenciar muy claramente en toda la película, el deseo de esta mujer de estudiar y escribir, pero para la época no se les permitía a las mujeres tal oficio, el derecho a estudiar era solo de los hombres y la Iglesia. Sor Juana Inés de la Cruz, desde su infancia sentía un gran deseo de ser hombre para poder estudiar y escribir, incluso en una escena de la película se observo cuando la monja se encuentra con su madre moribunda, y recuerda un episodio de su infancia donde esta disfrazada de hombre y menciona que ella va a estudiar y va a ir para la universidad y su madre le dice que las mujeres no entran a las aulas ni disfrazadas, entonces ella dice en voz baja que “si no me puedo disfrazar de hombre, entonces me vestiré de monja”.
En la teoría de los arquetipos (animus) de Jun, se menciona que “Las figuras ánimus no son representaciones de hombres concretos, sino fantasías revestidas de necesidades y experiencias de naturaleza emocional. Algunas figuras animus características son las figuras paternas, hombres famosos, figuras religiosas, figuras idealizadas, jóvenes y figuras de dudosa moral”.
Sor Juana Inés de la Cruz siente la necesidad de ser hombre en el sentido de la figura idealizada, debido a que su necesidad de es crecer intelectualmente estudiando y escribiendo sus poemas que inspiraba a mas de uno a pesar de ser señalada por lo que hace.
Por otra parte, el Psicoanalista Jun menciona cuatro etapas que se pueden ver en el desarrollo del arquetipo ánimus:
 La primera etapa vendría representada como personificación del poder físico. Llevando lo que Jun menciona en esta etapa, se puede decir que, Sor Juana sentía la necesidad de ser físicamente un hombre para poder realizar sus sueños. Como ya sabemos para la época el hombre por ser hombre tenia mas poder.
 En la segunda etapa el ánimus posee iniciativa, es capaz de realizar actos premeditados, existiendo un deseo de independencia y un desarrollo intelectual, económico y profesional. Esta etapa se puede observar como se mención anteriormente, cuando Sor Juana en su infancia se disfraza de hombre por el mismo deseo de estudiar.
 Como tercera etapa se produce una transformación en la palabra, figurándose como profesor o sacerdote. En este caso, Sor Juana Inés de la Cruz como no puede ser hombre para desarrollarse intelectualmente, se refugia en la iglesia metiéndose a monja como única salida para realizar su sueño.
 Y finalmente, como último y más elevada manifestación se alcanzaría por parte del animus la encarnación del significado, constituyéndose en el mediador entre consciente e inconsciente.
Con se pudo evidenciar con lo que nos plantea Jun en su teoría psicoanalítica del arquetipo animus, Sor Juana Inés de la Cruz durante toda la película “Yo, la peor de todas”, demuestra que su deseo de estudiar y escribir sus poemas es lo suficientemente fuerte como para hechar a un lado el resto y hacer todo para cumplirlo. Las mujeres como Sor Juana Inés son muy pocas, debido a que, la gran mayoría se rinde al tropezarse con el primer obstáculo que les pone la vida, ella en ningún momento se rindió y mucho menos se arrepintió de lo que hacia.

Integrantes:
Mendoza Sairelys.
Rodriguez Marianny.

delimar dijo...

LA TEORIA DE “LA MASCARA” EN LA OBRA “LAS MEMORIAS DE MAMÁ BLANCA” DE TEREZA DE LA PARRA.


Jacques-Marie Émile Lacan (París, 13 de abril de 1901 - 9 de septiembre de 1981). Psicoanalista francés. Médico psiquiatra de profesión, conocido por su trabajo que subvirtió el campo del psicoanálisis. Es considerado uno de los analistas más influyentes después de Sigmund Freud. Buscó reorientar el psicoanálisis hacia la obra original de Freud. Así como también, Reinterpretó y amplió la práctica psicoanalítica, construyendo una lectura freudiana del estructuralismo. Sus concepciones han dado pie a numerosas escuelas de orientación lacaniana en países como Brasil, Francia y Argentina.

Jacques Lacan en su teoría considera la mascara en su significado simbólico como disfraz del deseo; la mascara es una apariencia que muestra pero que esconde al mismo tiempo, es decir es expresión del doblez.

La unidad de la persona se encuentra en el desdoblamiento. La mascara es casi como un espejo opaco: mirar su misma mascara es mirar la cara del otro yo.
Para palpar lo que este autor dice en su teoría, se tomara ejemplos de la obra “Las memorias de mama blanca”, de la autora Tereza de la Parra.

“Papá era el único que permanecía con el mismo vestido y el mismo aspecto de todos los días. Sentado en un mecedor, contemplando la agitación y el continuo arreglarse de mamá, entre serio y sonriente, entre nervioso y burlón, comenzaba así aquella especie de representación teatral: -¡Ya empiezan, ya empiezan las monerías! Contigo no será de extrañar, Carmen Maria, que día menos pensado las visitas se encuentren con un ramos de flores, un paño bordado y un plato de dulces en….” (Pág. 547).

En esta cita donde Blanca nieve (Tereza de la Parra), nos describe la actitud de su madre ante las visitas, se puede observar muy claramente que la mama de de esta niña se disfrazaba para recibir a las visitas, quizás para que estas visitas vieran en ella y en su familia lo que ella quería aparentar.

“…Las visitas, en efecto, acababan diciendo: -¡Que criaturas tan lindas! Y se iban muy convencidas sin haberlo comprobado. Mamá, bañada de agua de rosa, respondía con frases desbordantes de falsa modestia y al final sin dar a la cosa menor importancia, declaro esto: - Si. Es verdad que tienen el pelo sedoso y crespo. Y han de saber ustedes que es enteramente natural. La única que lo tiene un poco menos rizado es Blanca Nieves, aquella, la mas trigueña…pero sus crespos… ¡también son naturales! (Pág. 550).

En este otro ejemplo es evidente como la mama de blanca nieves llegaba al extremo de mentirle a las visitas y mentirse a ella misma, esto sucede por el mismo deseo que menciona Lacan en su teoría de “La mascara”, debido a que, en este caso la mama de blanca nieves tenia tanto deseo de ser perfecta ante estas visitas, que llegaba al extremo de mentir y sacrificar a sus hijas para ser lo que ella quería.
“Mamá, encantada, insistía naturalmente para que bebieran más, y eran tales insistencias, y tantas las sonrisas, que por que a mi respecta confieso sinceramente que tenia ganas de llorar a gritos. Me dolía muchísimo el comprobar por la rendija de la puerta aquel amos desmedido que mamá profesaba a las visitas, y sentía una necesidad violenta de desahogar mis celos entre gemidos y lagrimas. A casi todas mis hermanas le pasaba lo mismo. De modo que junto a aquella alegría general en que la sala encendía avivaba la inocencia del guarapo fuerte, sin que nadie lo supiera, tras de la puerta entornada, palpitaba un drama: el olvidado rebaño de compoteras sufría en silencio con un gran dolor hondo de decepción y de sorpresa” (Pág. 548).
Lo que no sabia esta madre es el precio que estaban pagando sus hijas ante su mascara. Estas criaturas al ver como su madre se desvivía por atender sus visitas, sentían celos y tristeza al sentirse olvidadas por su madre.


La máscara según Carl Jung
Jung postula que el complejo de la máscara o “persona”, es el resultado de la interacción entre el individuo y el ambiente en el cual se desempeña. Básicamente el conflicto de la mascara esta entre el ser o el parecer y por otra parte entre la aceptación o el rechazo. El psiquiatra suizo la define como “la máscara de la psique colectiva.”
Es un complejo funcional que es erguido por razones de adaptación al medio. Es una forma sutil de aparentar individualidad. La máscara es más bien la expresión colectiva dirigida por la dinámica del inconsciente transpersonal y no es consiente.
Jung expresa que la máscara “son las apariencias que en ciertas ocasiones acompañan al individuo toda su vida.” tras la máscara se oculta un problema de identidad, ya que las circunstancias internas- externas del individuo no coinciden, y se torna evidente que existe un problema de carencia de autenticidad.
Se usa la máscara para esconder, defender y proteger la intimidad ya sea de manera consiente o inconsciente. Esta tiene la tarea de defender al individuo como un escudo protector en la vida social. Es un ideal consiente forjado de la imagen con la cual el individuo se presenta ante su grupo de referencia o en sociedad en general.
Lo anteriormente mencionado se evidencia en las siguientes citas extraídas de la obra de Teresa de la Parra “Memorias de mamá Blanca”
“si mi mamá sufrió de que yo tuviera el pelo lizo, yo sufrí mil veces más de que ella se empeñara en encrespármelo así, contra viento y marea” (Pág. 551)
Con la cita anterior se refleja la máscara que utilizaba Blanca Nieves, la tercera de las seis hijas, por culpa de su mamá al encresparle el cabello, ya que era la única de las hijas que tenia en cabello lizo, y con ese hecho no le permitía ser ella misma.
La máscara se ve con frecuencia en personas sugestionables, superficiales, inseguras y con dificultades para establecer vínculos afectivos verdaderos. Ella nos enseña, que la apariencia no es el parámetro por el cual somos aceptados o rechazados. Que ser es diferente de parecer, que para evolucionar como seres humanos debemos ser auténticos y que no necesitamos depender del afecto o aprobación de los demás para ser nosotros mismos.
“Me parece que acabo de exagerar un poco al hablar de los crueles sacrificios que a los cinco años me imponían mis crespos fingidos, o lo que es lo mismo, mi arduo deber de parecer hermosa. Tengo ciertos escrúpulos. Creo que me he dejado llevar por ese espíritu tan común de todo el mundo: el deseo de brillar...“ (Pág.552-553)
En la cita anterior es evidente el sentido de “parecer” lo que en realidad no se es del que nos habla Jung.
La máscara se expresa a través de palabras como por ejemplo: “quiero que me acepten, tengo que ocultar, tengo que sonreír aunque sienta ansiedad o tensión, deseo que me reconozcan que me amen, que me tengan en cuenta, cuando las circunstancias de mi vida son adversas, tengo que aparentar lo contrario.”
La esencia de la máscara esta en que hay que mostrarse y actuar como los demás desean. Se cree que si se muestra lo verdadero de uno mismo se corre el riesgo de no ser bien avaluado, de ser rechazado o no ser querido. Algunas de las frases típicas que usa la máscara para convencerse de estas conductas son: “me van a respetar, aceptar y amar por las apariencias, lo importante es verse bien, nunca hay que mostrarse como uno es, hay que aparentar, disimular.”
El lado negativo de este complejo es la falsedad y la superficialidad. Hay confusión en lo que uno realmente es y en lo que quiere aparentar, asimismo existe distorsión entre la realidad interna y la externa. Existe escasa o nula capacidad de autoanálisis o cuestionamiento al respecto de estas mismas conductas.
Es obvio, que el postulado de Jung sobre la máscara se evidencia en los casos en que el complejo pasa a dominar al individuo y éste vive en función de la opinión ajena, desconociendo sus propios sentimientos y emociones.
Teresa de la Parra escribe “Memorias de mamá Blanca”, con claridad en su prosa, la cual es la forma más natural de escribir, debido a que cuando se escribe en prosa se ocupa toda la línea, es decir, no es sometida a la medida y ritmo del verso. A su vez no deja de estar presente la ironía en la obra, así como también realiza un virtuoso manejo del lenguaje puesto que, es una persona que domina la técnica de su arte.
Es pertinente acotar que a sus dos novelas, se les clasifican como "novelas psicológicas", ya que ellas hacen un gran estudio interior de los personajes; además, introduce en sus obras el tiempo existencial, y a su vez alarga el tiempo cronológico. Su gran aporte a la literatura venezolana de la época, fue el de introducir a sus obras un toque de humor y de ironía, el cual siempre hace agradable a una obra literaria. Logra criticar los defectos y errores de la sociedad venezolana, la cual estaba llena de prejuicios, además de presentarnos las luchas entre las tradiciones y los viejos prejuicios en contra de la vida moderna y sus nuevas costumbres.
Lo anteriormente mencionado, se refleja en la obra con las siguientes citas:
“No hay rosa sin espina, suelen decir… es muy cierto… fiel a este conocido aforismo olvidada de la rosa, todos los días comenzaba por herirme con las espinas, para luego, sorprendida y feliz, inclinarme, coger la rosa a manos llenas, y aspirar encantada su perfume” (Pág. 554)
En la cita anterior se refleja el virtuoso manejo del lenguaje realizado por Teresa de la Parra, al referirse a Blanca Nieves comparándola con una rosa.
Asimismo en la siguiente cita se evidencia la ironía presente en la obra, protagonizada por el papá de las niñas, debido a que el mismo daba órdenes y nadie le hacía caso. Ese tipo de ironía fina y aparentemente cotidiana se lee en esta novela.
Otro de los momentos irónicos presentes en la obra es que el padre de Blanca Nieves en vez de tener al hijo varón que quería, tuvo seis hijas niñas.
“… ¡Quiero tener en hijo varón y quiero que se llame como yo, Juan Manuel!. Pero en lugar de Juan Manual, destilando poesía, había llegado en hilera las más dulces manifestaciones de la naturaleza: Aurora, Violeta, Blanca Nieves, Estrella, Rosalinda, Auraflor!…” (Pág. 552)

delimar dijo...

Mi ponencia del día MIERCOLES 25 DE JUNIO en Seminario de Literatura Escrita por Mujeres
Latinoamericanas
Delimar Rodríguez

Jacques Lacan
Feminismo y post-feminismo
Sin embargo, se puede decir que Lacan mantenía una relación complicada con el feminismo y el post-feminismo en cuanto que, aun cuando es criticado por heredar de Freud una supuesta posición falocéntrica en sus teorías psicoanalíticas, también se considera que presentó un retrato cabal de los prejuicios de género en la sociedad.
Lacan utiliza una controvertida frase; "La mujer no existe" (tachando la palabra La). Esta formulación en Lacan apunta al derrumbe de la mítica concepción cultural de la mujer como entregadora de goce. Jacqueline Rose Feminista y Lacaniana nos dice que "la mujer" como categoría absoluta y garantizadora de fantasías es falsa.
Así como Rose, existen representantes cercanas al psicoanálisis lacaniano ([Kristeva, Irigaray] que sostienen afirmaciones similares, no obstante, realizan gestos para derrocar los sistemas falocéntricos, en este sentido no se trata de negar lo lacaniano o acusarle de misógino, sino que pensar lo femenino desde otro lugar.
Para cualquier área de estudio de lo social, el concepto de mujer puede llegar a constituir un problema. Podría parecer fácil definir mujer como aquel ser humano cuya anatomía es femenina, pero esta definición no resuelve el problema desde el punto de vista cultural. Si toda persona con cuerpo femenino es mujer, ¿por qué es posible decir de alguien, sin referirse a su aspecto físico, que "es muy mujer" o, por el contrario, sostener que alguien de sexo femenino "es un hombre con faldas"? Efectivamente, para muchos en nuestra cultura, una mujer fuerte no es una "verdadera" mujer. Por consiguiente, existe algo en el concepto de mujer que va más allá de la anatomía. Gracias a las concepciones comunes en nuestra cultura, todos " sabemos" qué quiere decir " mujer”, o por lo menos creemos tener claro ese concepto cultural, hasta que se nos pide que lo formulemos explícitamente. Para quienes se ocupan hoy en día de la teoría feminista, la situación es aún más difícil, puesto que para ellos el concepto de mujer es central, y constituye el punto de partida para todo desarrollo. En este trabajo examinaré algunas de las definiciones de mujer que se han presentado en diversos planteamientos feministas, señalando sus limitaciones y posibilidades, con el fin de esbozar una alternativa, mostrando cómo la cuestión se transforma al hacer incidir en ella, en primer lugar, la perspectiva de la teoría de género y, en segundo término, las concepciones de significación y cultura que encontramos en la obra de Mijaíl Bajtín y Valentín Voloshinov. La dificultad del tema se hace evidente si comparamos lo que sucede al definir al hombre con el resultado del ejercicio de conceptualizar a la mujer. Del varón de la especie se habla poco, puesto que se asume (en una presuposición nunca expresada, nunca reconocida) que hablar de lo humano es ya hablar del varón; las mujeres, en relación con esa entelequia, el ser humano, son apenas el caso especial, la excepción de la regla. Al hombre como varón, entonces, se hace referencia siempre o nunca, según se mire. En cambio, la mujer como género hasta hace poco se mencionaba sólo ocasionalmente en los estudios históricos, sociales o filosóficos; parece que sólo sobre ella, y no sobre el hombre, hubiera tenido alguna influencia la diferenciación sexual, hasta tal punto se llegaba a equiparar "mujer" y "función reproductiva". A pesar del interés que han venido despertando recientemente los estudios de la mujer, no podemos suponer que la mentalidad que equipara mujer y sexualidad haya sido superada, pues no se trata de una situación peculiar de la edad antigua, o de la teología y la escolástica del medioevo. Como lo señala Foucault, desde principios de la era moderna se produce una "histerización" del cuerpo femenino, que aparece total y concienzudamente "saturado de sexualidad.
La posición posestructuralista tiene su base en el pensamiento de autores como Kristeva, Lacan, Derrida y Foucault. No obstante ser muy diferentes entre sí, están de acuerdo en concluir que ha sido nuestra cultura la que ha construido la idea de que existe una esencia natural del ser humano. El humanismo -un desarrollo histórico de una época determinada, que se inició en el Renacimiento y se consolidó en la Ilustración- creó los discursos y las prácticas sociales basadas en esta idea de la "esencia humana". Según la concepción humanista, detrás de las diferencias entre ricos y pobres, blancos y negros, mujeres y hombres, existe una única naturaleza humana, que es la misma en todas las épocas; las diferencias (raciales, de clase o de género) son sólo aparentes

ronald graterol dijo...

LITERATURA, FUENTE DE EXPRESIÓN DE LA MUJER LATINOAMERICANA

La literatura es un de las formas primarias que se ha utilizado para representar al mundo desde los albores de la humanidad, donde el individuo de una forma auténtica consolida una lengua y la convierte así en materia artística, logrando de cierto modo, manifestar sus ideas, sentimientos y emociones. Además, la literatura es un medio que le permite a las personas poner en manifiesto sus propias vivencias e inquietudes; difundir sus propias ideas filosóficas, ejerciendo con ello una gran influencia sobre la sociedad que la recibe. Es de señalar, que durante muchos años la literatura o en sí la escritura estuvo regida por los hombres, pero no cabe la menor duda, que la mujer emprendió una gran lucha para poner en manifiesto su capacidad intelectual de expresar sus ideales.

Es por ello, que a partir del siglo XX se introduce una serie de cambios en la concepción y en la forma de vida de la mujer, mucho más que en todos los anteriores períodos históricos. Época en la cual las féminas consolidan su voz ante la sociedad, exigen sus derechos como individuos, quieren tener participación en lo político y gozar de las mismas libertades que el hombre. Al mismo tiempo, es un período donde, con fuerza creciente, las mujeres adquieren voz en la literatura. Tales son los casos de Colette, en Francia; Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou en Uruguay, Alfonsina Storni en Argentina, Gabriela Mistral en Chile y Teresa de la Parra en Venezuela, con sus dos novelas Ifigenia (1924) y Memorias de la Mamá Blanca (1929) revolucionando así la narrativa venezolana hasta ese entonces, al introducir una obra donde se le daba preponderancia al discurso femenino “Ifigenia”. Diario de una señorita que escribía porque se fastidiaba, asimismo ese aburrimiento o hastió que ella muestre es un sentimiento el cual la describe como un monstruo, que va destruyendo sus anhelos y se va alimentando de una variedad de factores, los cuales son revelados en el transcurso de la trama.

Ahora bien, ese hastío que muestra la protagonista, que es la misma Teresa de la Parra enmascara, se debe quizá al contexto histórico en el cual vivía, ya que en ese entonces el poderío estaba en manos del hombre fuerte de Venezuela Juan Vicente Gómez, y por lo tanto, se debía mantener al margen de las costumbres propuestas por la sociedad aristocrática. Por esas razones, se puede determinar que Ifigenia es el reflejo de una sociedad, lo que en la crítica literaria marxista se determina que “la literatura como consideración de la una realidad o fenómeno social, que no se desfasa de la realidad del que escribe”; un ejemplo claro de esto se evidencia en el encierro que le impone las abuela a causa de las reglas sociales que se debían cumplir, por lo tanto, la falta de libertad es un hecho vivo del entonces; ejemplo claro de esto encontramos en los siguientes fragmentos “ detenida ya en el vapor frente a la Guaira, me dormí prisionera y triste como si en el espíritu me hubiesen cortado una cosecha de alas” (p.22)... “era un adiós definitivo a los viajes, al bienestar, al éxito, al lujo, a la elegancia, a todos los encantos de aquella vida…en París” (p.41).En las citas se evidencia cómo la protagonista se sentía reprimida por la realidad que veía y se le imponía, y esto por el hecho de ser ella una muchacha estudiada y con visión de nuevos horizontes y por lo tanto le cuesta adaptarse a la nueva forma de vivir que se le imponía.

Por otra parte, en el drama de Ifigenia se puede notar un elemento clave como lo es la belleza de la mujer, en el personaje de María Eugenia Alonso que representa lo que Lipovetsky (1999) ha llamado la «ciencia del pulcro sexo», toda esa serie de costumbres y actividades que realizan las mujeres con el fin de verse más bellas: el maquillaje, la ropa de moda, los perfumes. Puesto que simboliza por excelencia la hermosura, la mujer aparece como algo que hay que ver, un espectáculo contemplado con presunción por ella misma y con avidez por los hombres. Esta presunción, se manifiesta claramente en María Eugenia cuando describe detalladamente cómo le quedaban sus vestidos, de cómo le agradaba su silueta ante el espejo o le preocupaba una uña partida, así como la satisfacción que le producían los halagos de la gente: tanto de las dependientas de las tiendas como los de Tío Pancho, Gabriel Olmedo, el hombre de quien se enamora, sabe que provoca admiración entre los hombres y disfruta de esa situación. La antigua costumbre de las mujeres solteras de sentarse ante las ventanas de las casas para atraer pretendientes, reflejada en Ifigenia, concepción que se tenía de la mujer como objeto que se coloca en un mostrador para ver quién la busca, quién se fija en ella, quién la pretende. Esto nos señala un rol pasivo de la mujer en el proceso de la conquista: ella no puede seleccionar a quien quiera como novio; los hombres la tienen que elegir y ella dejarse elegir. Esto también, era algo muy particular de la cultura gomecista.

Igualmente en la obra, María Eugenia representa una independencia femenina sólo en lo externo: el peinado, en vez del tradicional cabello largo, lo cual la acerca físicamente al hombre. Sin embargo, no hay una verdadera autonomía moral ni económica. En cambio, se manifiesta un gusto por la novedad, la moda, por vivir nuevas experiencias vitales. En fin Ifigenia nos muestra como Teresa de la Parra rompe el paradigma de la sumisión y de inmediato se adentra a la libertad plena de la mujer como ser pensante y capaz de desenvolverse en cualquier campo de trabajo al igual como lo podía hacer un hombre; pero con la diferencia que la mujer cuenta con una gran inteligencia que la hace un ser único.





Teresa de la Parra, la escritura como expresión del YO o confesión

«Yo, que sé mentir bastante bien cuando hablo,
no sé mentir cuando escribo» (p. 31).




La escritura, para María Eugenia, es revelación, es una forma discursiva y refrescante que permite revelar la identidad del personaje. Al enviar la larga carta a su amiga Cristina, le abre su corazón, le cuenta secretos como en la intimidad de sus días de colegio, deja descargar su fastidio, su indignación hacia el modo de vida al que se ve sometida en Caracas.

El diario viene como un medio para sacar a flote el espíritu reprimido de la protagonista, quien necesita expresarse a toda costa. La confesión se manifiesta claramente en la manera de presentar su narración: primero en una carta a su mejor amiga y luego en un diario bien escondido, que ningún otro personaje leerá. El diario revela la imposibilidad de realización de María Eugenia ante el cerco de prohibiciones, prejuicios y censuras del medio familiar. Hay una vinculación entre la escritura y la rebeldía. En ese período de dos años en que María Eugenia deja su diario, se había iniciado todo un proceso de adaptación y sumisión de su parte, cuando deja gran parte de sus actitudes rebeldes y aprende las labores hogareñas.

En un principio, María Eugenia resiste a la acción de su familia, apoyada en la figura humorística del tío Pancho, quien, al final, muere. Ifigenia recupera la subjetividad y el discurso interior de la mujer, «que habían sido históricamente violados, coartados, deformados» (Bohórquez, 1995: 36). La mujer como personaje hablaba en un discurso, no escrito por las mismas mujeres, sino por hombres, quienes traían por educación y costumbre determinadas concepciones acerca del rol femenino. El mismo silencio y sumisión que se le imponía a María Eugenia Alonso se les imponía a las mujeres de la época.

Lo anteriormente señalado, evidencia que la obra de Teresa de la Parra nos muestra la construcción del yo del escritor, lo cual según los postulados de Michael Foucault “la escritura es una forma de expresión explicita y una refugio para la soledad”. Por lo tanto, en el film son evidentes las actitudes que la protagonista toma y su forma tan sutil pero muy directa de expresar sus sentimientos y emociones, en contra de las cosas que se le imponían, y la descripción que ella hace resguardada o de cierto modo refugiado del fastidio que la envolvía como símbolo de soledad u opresión.

A manera de conclusión, es importante tener en cuenta, que en la historia de la literatura latinoamericana la escritora venezolana Teresa de la Parra fue una mujer de ideas muy avanzadas su época, al igual que lo fue Sor Juana Inés de la Cruz en el Siglo XVII, como la primera mujer que incurso en las letras en Latinoamérica. Estos dos iconos de la literatura nos revelan la verdadera liberación femenina, conquistada a través del trabajo y los estudios, de modo que fueron una visionaria en cuanto al rol de las mujeres.

Al mismo tiempo, en Ifigenia de Teresa de la Parra, se refleja la situación de sumisión en la cual vivían las mujeres venezolanas de su época: en un estado de choque y conflicto entre un orden tradicional y convencional, impuesto por los hombres para subyugar a las mujeres, y una modernidad que se iba abriendo paso desde París, incitando a un nuevo orden y a una manera diferente de vivir. Se muestra al personaje de María Eugenia Alonso como una mujer que quiere luchar por esa liberación y que tiene unas ideas muy propias. Esta singularidad de ideas ve su reflejo en el discurso, ya que el mismo lenguaje de María Eugenia se diferencia del que emplean los demás personajes. Sin embargo, a lo largo de la novela, esta situación se va transformando, debido a todas las prohibiciones a las que María Eugenia se ve sometida. Asimismo, su belleza tenía una importancia capital, ya que era lo que le permitiría conseguir un buen matrimonio. La mujer estaba en una situación de dependencia con respecto al hombre. Éste era quien llevaba la preponderancia económica en el hogar y por eso, se consideraba con derecho de dirigir la vida de las mujeres. Finalmente, dentro de la sociedad y la literatura venezolanas, Teresa de la Parra es un hito, ya que fue una mujer que se hizo sentir profundamente y ha cautivado, impactado y removido a toda una colectividad en su país y en el mundo.

Participantes:
Ronald Graterol
Rosa Moreno
María Vitanza
Zulmary Giménez
Evelyn Suárez
Sección: 9LL01
Profesora: Josefina Calles
Curso: seminario de literatura escrita por mujeres latinoamericanas.
(17/05/2009)

Anyie Hernández dijo...

Ifigenia
Sujeto Femenino y Construcción de Yo planteado por Foucault

Ifigenia
De Ana Teresa de la Parra


• Contexto Histórico:
Ifigenia es una novela escrita con una estructura de diario personal, y en forma epistolar, y fue la primera novela escrita bajo el seudónimo de Teresa de la Parra. Esta novela trata acerca del drama de una mujer, que no puede expresar sus sentimientos ni sus ideas, ni mucho menos elegir su destino, gracias a una sociedad que se lo impide. Esta fue la primera gran novela venezolana que marca la madurez del género en las letras del país; fue escrita al terminar la Primera Guerra Mundial. Publicada en 1924, escrita en forma de diario personal, Refleja la inconformidad de una joven que no tiene voz propia ni posibilidad de elegir su destino en un mundo en el que la mujer debe conquistar su puesto en el mundo no a través de una "revolución", sino de una "evolución" que le permita crecer como ser humano. Tal pensamiento refleja, definitivamente, su propio desempeño vital, y se adelanta como práctica de vida a circunstancias que no serán cotidianas en el mundo sino un siglo más tarde. La novela, además de un difícil e interesante tema para la época, muestra muchas de las costumbres venezolanas, especialmente, las de la vida de Caracas; marca un cambio en la literatura venezolana. La obra es un retrato de la sociedad caraqueña de principios del siglo XX. En ella se evidencian contrastantes conductas de la sociedad venezolana como eran: las estrictas normas morales, mientras que por otra parte se señala la conducta ambiciosa, común en esa época debida a la corrupción en la administración. Además de ser una dura crítica de la sociedad, Ifigenia es una obra llena de ritmo, con descripciones muy detalladas de la Venezuela del primer cuarto del siglo XX. Su personaje de la obra, María Eugenia Alonso, escribe en su diario: “El pensar y tener iniciativa no está bien visto en una señorita decente” (p. 8). Y ella ve cómo ser una mujer inteligente es prácticamente un pecado, cuando toda la sociedad pesa en su contra y le pide que se calle, que se case, que se someta.
En relación a lo anterior, es importante resaltar que el relato Ifigenia nos presenta la vida de la adolescente María Eugenia Alonso en Caracas después de haber pasado una breve temporada en París. Como el título lo indica, Ifigenia, habla del sacrificio, en donde el suplicio final está metaforizado en el descenso de un sujeto independiente desde una urbe moderna a una ciudad latinoamericana profundamente conservadora. A lo largo de lo novela asistimos a la caída de la individualidad femenina en una Caracas que no abre espacios al género femenino en la vida pública. En este marco, el grueso de los conflictos tienen como escenario los espacios cerrados siendo muy pocos los momentos en donde encontramos a la protagonista en los entornos abiertos de la ciudad. Incluso París como experiencia moderna se recicla e idealiza en la memoria de la adolescente ya estando en su reclusión hogareña en Venezuela. Aquí París se transforma en un constructo, un espacio utópico que desplegado en función de su propio “yo”:
“Me admiraba todo el mundo: mira me admiraban mis amigos los Ramírez, me admiraban sus niños; me admiraban unos españoles muy simpáticos que en el comedor tenían su mesa frente a nosotros, me admiraba el gerente del hotel; el camarero que nos atendía; el muchacho del ascensor; el marido de mi manicure, los dependientes de la peluquería; y un señor muy elegante que encontré una mañana en la calle”
En la novela de Teresa de la Parra lo privado, y más específicamente lo íntimo, es la instancia desde la que su protagonista encuentra una forma de recuperar y transformar para sí su otrora vida moderna. El cuarto personal será su lugar de enunciación en donde a través de la escritura de cartas, diarios privados y la lectura de obras clásicas la joven María Eugenia encuentra una manera alternativa de constituir su “yo” y, al mismo tiempo, de hacer frente a las normas tradicionales de género que la arrastran una y otra vez a la vida doméstica. En efecto, en la novela actividades como leer y escribir se despliegan en oposición a las tareas de lavado y bordado.

• Sujeto Femenino / Construcción del Yo planteado por Foucault:
Con relación, señala Foucault que la subjetivación se trata de una individuación, particular y colectiva que caracteriza un acontecimiento, es decir se trata de un modo intensivo y no de un sujeto personal. Esta concepción extiende a lo colectivo ya no se habla de un sujeto aislado sino de la colectividad como tal; en una obra no se demuestra el despotismo en contra de una mujer sino de una sociedad entera. Es importante destacar que el proceso de subjetivación, continua e interesante es paralela a la producción de la obra de arte; la obra se construye como la subjetividad y el sujeto se constituye como obra; por tal razón la obra es el proceso de subjetivación, y en muchos casos ha tratado de inmovilizar subjetividades, fijando identidades y naciones, se hace necesario señalar que la escritura de la subjetividad femenina trabaja con la construcción de identidad o de deseo del sujeto que lee: es por ello que la literatura es una práctica significativa en la producción y representación de la experiencia y la constitución del sujeto humano.
“El pensar y tener iniciativa no está bien visto en una señorita decente” (p. 8)
Teresa de la Parra presenta una subjetividad de los diferentes modelos de la identidad femenina. El concepto de subjetividad hace referencia al modo que nos pensamos y nos relacionamos con nosotros mismos en un determinado momento histórico. Por su parte Foucault explora la construcción histórica de la subjetividad a partir de la variación entre practicas del saber y las practicas del poder; este autor plantea que “somos prisioneros de ciertas concepciones de nosotros mismos y de nuestra conducta” (p. 58); entendiendo que lo que hacemos y lo que creemos que somos es el producto de nuestras prácticas. La subjetivación es el término que se utiliza para referirse al proceso por el cual nos convertimos en sujeto, es decir la constitución de nuestra subjetividad. En la Obra Ifigenia, se tiene que María Eugenia no era una mujer sometida por el solo hecho de ser mujer sino porque las condiciones de la época la hacían así; lo que ella hacía y decía lo configuran con una determinada identidad femenina. Las mujeres son consideradas objetos de belleza y placer porque ellas mismas mediante sus prácticas han conducido a que esa concepción se arraigue.
Por otra parte, la subjetividad del yo dio las bases para reconocer que la búsqueda de la propia identidad está constituida por prácticas de individualización que proveen a los individuos de categorías y objetivos con los que se gobiernan a ellos mismos de acuerdo con los intereses políticos del orden social dominante, se tiene entonces que la subjetividad es la construcción histórica y política del sujeto, por ejemplo las mujeres dentro de una estructura patriarcal tienen unos roles muy determinados por lo que el feminismo propone una ruptura con ese estado de dominación. Ifigenia es una obra donde lo epistolar sale a la luz; a través de estas cartas la autora nos muestras un sinfín de elementos que nos refiere a otra realidad y nos permite reconstruir a la mujer como sujeto importante en la vida del ser humano.
“Es esta la tesis que voy a desarrollar relatándote minuciosamente y como en las autenticas novelas todo cuanto me ha ocurrido” (p. 10)
En esta obra se perciben un conjunto de ideas que de una u otra manera hacen un llamado de reflexión a su posterior discusión, puesto que lo que planeta está abierto a las opiniones de los demás individuos.
“Un Dios milenario de 7 cabezas que llaman sociedad, familia, honor, religión, moral, deber, convenciones, principios” (p. 352)
Con relación a esto, se puede decir que la figura que nos construye Teresa de la Parra es que a pesar de poseer unos deseos inalcanzables de libertad y de lucha es silenciada por el grito interminable de la sociedad y de las normas que estas imponen, pues al final termina cediendo para seguir gozando de la riqueza y de la estabilidad que un matrimonio le ofrecía y por temor a la vejez.
“A oírla mencionar por aquella voz concisa vislumbre nítidamente la catástrofe casi segura de mi vida. Si perdí ahora la oportunidad de casarme. Desaparecida abuelita era los años de luto, y después del luto… ¡ah!... después del luto caso de hubiera desaparecido también el inmenso poder de mi belleza, mi única razón de ser solo me quedaría ya por todo programa de vida la misma existencia de tía clara eternamente humillada y recluida junto a tío Eduardo y su familia…” (p.303)
En relación, la obra es un espejo de la realidad, una mujer que en el fondo de su anhelos se cree importante solo por su belleza, a través de esta obra uno pude reconstruir la imagen que desde hace muchos años persigue la mujer y esta se ha dejado atrapar por ella.
“…caso de hubiera desaparecido también el inmenso poder de mi belleza, mi única razón de ser…” (p. 303)
Por otra parte una de las formas de estudiar a la mujer como sujeto femenino histórico es realizando una mirada al pasado y de esta manera analizar cómo ha sido su posición a lo largo de la historia. Se tiene como es bien sabido que el escenario social donde surgió la obra Ifigenia es bajo el régimen dictatorial y de este poder dominante se entreteje la presencia de la mujer; sin obviar en ningún momento todo lo que una dictadura representa. La influencia que esta obra tuvo en el momento de su aparición y después de este fue de gran importancia para configurar el estado del sujeto femenino en la sociedad de la época. La autora dio en todo momento su punto de vista y dejando abierto el camino a posteriores obras de gran relevancia. Es importante destacar que la construcción del sujeto femenino no solo puede ser observada mediante el discurso de la mujer sino también del de los hombres.
“Mira a nuestro alrededor todo está hecho de jerarquías y aristocracias; los seres más fuertes viven a expensas de los más débiles” (p. 73).
Con Ifigenia la mujer deja de ser vista simplemente como la mujer frágil venezolana y pasa a ser una mujer con muchos deseos que la impulsan a saciarlos y al no poder se llena de frustraciones y resignación; a su vez una mujer llena de ironía y razón.
“Yo quisiera meterme de sufragista con la pankhurst a incendiar congresos de hombres y a rajar con un cuchillo los cuadros celebres de los museos! ¡A ver si acaban por fin tantos abusos!” (p. 72).
“¿Crees que es posible vivir siempre así, como un paria, al margen del movimiento y de la vida? (…) afortunadamente que para mis ojos se han derrumbado ya todas las tapias! ¡Lo declaro! He salido a plena luz.” (p.99).
Se puede observar entonces que Teresa de la Parra da un paso más en la representación literaria de la mujer en el espacio público al proponernos una nueva figura: “la adolescente aburrida”. El aburrimiento funciona como una herramienta contestataria al “deber ser femenino”. Su aparición implica que el deseo femenino, estimulado por las múltiples posibilidades de construir la subjetividad que ofrecen los discursos modernos, no encuentra satisfacción en un medio que sigue promoviendo la vida doméstica como la principal opción para la mujer. En la dinámica del relato, el aburrimiento no significa ocio. El estado de fastidio perpetuo que vive la protagonista tiene aquí un carácter productivo. Como el título lo dice: “escribió porque se fastidiaba”. En este plano, como a María Eugenia Alonso se le ha negado lo público, recupera para sí lo “íntimo” dentro de la esfera privada. Posteriormente se despliega un diario íntimo. Esto en el marco de una Caracas excluyente en donde el diálogo ya no es posible. El diario se plantea como un refugio para el yo y reemplaza momentáneamente un ámbito democrático de ciudadanía. Por último, se presenta una escritura protocolar, un registro desapasionado de los acontecimientos evidenciando con ello la desaparición del yo autónomo. Así, en Ifigenia el viaje escritural expone la caída de la individualidad del sujeto femenino en un contexto que se resiste a la modernidad. En la novela de Teresa de la Parra se va desprendiendo (tanto en las formas de expresión como en las de contenido) una misma lectura: es imposible el desarrollo de lo “íntimo” sin modernidad, es imposible que surja este enclave emancipador sin una esfera social heterogénea y democrática que permita el tráfico de valores e ideas al ámbito privado. Al mismo tiempo, es imposible que, sin una “esfera social” moderna, la mujer se instale como sujeto capaz de producir sus propios discursos.

Integrantes:
Hernández Anyie C.I: 16.749496
Velíz Normary C.I: 15.732991
Sección: 9LL02
Materia: Seminario de Literatura Escrita por Mujeres
18 de Mayo de 2009

Unknown dijo...

¿Dónde encuentro información de Rosalía Alarcón de Fames?